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Una pareja heterosexual fue llamada
al orden por el personal del bar gay "Never Mind" en Copenhague, por besarse en el establecimiento y, tras
confrontar al personal de seguridad, todo el grupo fue invitado a abandonar las
instalaciones. Lo sucedido ha desencadenado un debate entre los que piensan que
tales prohibiciones son obviamente discriminatorias, y los que consideran que
hay que proteger los pocos locales LGTB que quedan en Copenhague.
Según los responsables del bar, Never Mind recibe numerosas
quejas de clientes quejándose del elevado número de heterosexuales que
frecuentarían el local, especialmente mujeres que se sienten cómodas en tal
ambiente. Y añade el dueño del local que el principal problema reside en realidad
en los novios de dichas mujeres, que no serían en general tan respetuosos con
la homosexualidad como sus novias, y que además ocasionarían con frecuencia
problemas bajo los efectos del alcohol.
Además, el Never Mind sería uno de los
pocos locales LGTB que quedan en Copenhague, y sus responsables consideran
importante mantenerlo así. “No tiene nada de malo que un heterosexual venga [al
Never Mind], pero si vienes con 3, 4 o 5 amigos heterosexuales ya no encajas en
un bar gay”.
Tomado de: http://www.dosmanzanas.com/
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