lunes, 6 de mayo de 2013

Comunicado - Aniversario del asesinato de Erick Martínez


Erick Alexander Martínez Ávila (QEPD)

La creencia de que la homosexualidad es algo que «debe ser desacreditado e impedido» puede ser uno de los pocos puntos en común entre Fidel Castro y Margaret Thatcher” 
Jeffrey Weeks-1989

Un día como hoy, hace un año, ocurrió un evento en la vida de muchas personas de Honduras, que quizás marcaría la diferencia entre la concepción retórica de los derechos humanos y la relación cotidiana de estos con el tesoro que es la vida de este país.

Erick Martínez Ávila, un joven líder del movimiento LGBT de Honduras, había desaparecido unos días atrás y luego de pasada la hora de la comida del 07 de mayo del 2012; el corazón de su familia, de sus amigos, compañeros de trabajo, activistas cercanos, y los camaradas del Movimiento Diversidad en Resistencia, se detuvo; en un derrumbamiento de emociones intensas y dolorosas, la vida comenzó a pasar en cámara lenta frente a la mirada estupefacta de todos; unos con preguntas y otros en la negación; pero lo cierto, es que a Erick le habían arrebatado la vida.

Alguien que no fue ese Dios al que todos acusan de misógino, bélico, prepotente y fascista, sino alguien de carne y hueso, una persona de este país y muy probable otro ser humano pobre, desprovisto de oportunidades en esta patria sin madre, decidió robarnos a Erick Martínez y asesinarlo.

¿Quién fue Erick? Si de algo puede presumir la izquierda en el mundo, es que históricamente los homosexuales y lesbianas líderes pensantes e influyentes ideólogos; se han matriculado con la utopía de la igualdad de condiciones para las clases más desprotegidas y aun enfrentando la discriminación interna en los mismos movimientos socialistas, comunistas y progresistas, se han mantenido firmes y fieles en la ruta para derribar a la clase dominante e impedir que los pobres sigan siendo parias en las sociedades enfermas de poder.

Karl-Heinrich Ulrichs, Magnus Hirschfeld (creador del Comité científico humanitario de Alemania), Jean Baptista von Schweitzer (sindicalista  presidente de la «Unión General de Trabajadores de Alemania» y el primer parlamentario socialdemócrata elegido en Europa), Kurt Hiller, Richard Linsert, Johanna Elberskirchen, Bruno Vogel y Oscar Wilde, todos ellos homosexuales. Son sólo algunos de los nombres que resaltan en la historia política y revolucionaria de la humanidad, pero lo que muchos tuvieron en común fue que pagaron con sus propias vidas esa tenacidad con la que defendieron el ideal de justicia; Federico García Lorca, que fue ejecutado por militares durante la guerra civil española, entre otras razones de su asesinato figura su afinidad con el frente popular y su homosexualidad.

Para los hondureños eso no ha sido diferente y en los últimos años parece evidenciarse con más fuerza, el movimiento LGBT de este país apuesta con tenacidad a la construcción de una sociedad más justa, a erradicar la pobreza, el hambre, la violencia, la discriminación y la desigualdad; esa pasión por la justicia ha cobrado su precio, alrededor de 113 asesinatos de homosexuales, transgéneras y  lesbianas han ocurrido en Honduras desde el 28 de junio de 2009; en esa suma está Erick Martínez Ávila.

Este crimen tuvo efectos devastadores en las vidas de las personas cercanas a Erick y sus ideales; pero también desmitificó la fábula de que para defender los derechos y la justicia debemos aparecer entre las víctimas; 11 días después de su asesinato, las banderas del arcoíris flamearon por primera vez en manos ajenas a las que sufren día con día la discriminación y la exclusión social, basada en una condición distinta de la pobreza, la raza o la creencia religiosa, sino aquella discriminación que está establecida por la construcción social de la moral, aquella que suprime al amor; el amor que como otro de los tantos arrebatos que el capitalismo le ha hecho a la humanidad, fue encarcelado para pintar corazones rojos, peluches y tarjetas de Valentine´s Day, para vender la idea de que el amor es así y sólo para las relaciones entre un hombre y una mujer.

Las consignas populares de las marchas rescatan ese ideal supremo de justicia, ¡Erick Martínez vive, la lucha sigue¡ evoca la pasión en boca de muchos heterosexuales por la defensa de un camarada, de un luchador social quien sin lugar a dudas deja un vacío que no puede ser llenado, pero que es superado por la fuerza del amor de quienes le reconocieron como un líder, amigo y compañero de lucha.

En ocasión del primer aniversario de la desaparición y asesinato de Erick, los miembros del Movimiento Diversidad en Resistencia; hemos querido hacer no un comunicado lleno de ítems demandantes – aunque demandamos justicia – sino un llamado de atención para reflexionar al interior de una sociedad que carece de respeto a la vida, que carece de integridad, al interior de un país que se desangra y de la creciente pugna entre las posturas ideológicas, que no le aporta sino que al contrario le resta a esta lucha diaria.

Por la memoria de Erick Martínez juramos mantenernos de pie, con el puño izquierdo en alto, con la convicción permanente de construir una sociedad justa y solidaria; alcanzar un país donde se respete la vida de cada ser humano y donde la individualidad no sea motivo de desprecio o vergüenza; pero especialmente, donde ser diferentes, pensar diferente, amar de forma diferente, o vestirse de forma de diferente no se pague con la vida.

¡Hasta siempre camarada Erick Martínez!

Movimiento Diversidad en Resistencia  

6 de Mayo de 2013

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