La comparabilidad solo se puede dar, mediante la observación de dos "elementos" que cumplen con las mismas condiciones; en este caso, hay factores de peso, que permiten que la presión social del pueblo egipcio tenga un efecto determinante en su gobierno; para empezar la “denominación” interna y externa de ese gobierno es dictadura, mientras que en Honduras tuvo matices de traspaso constitucional, debido al cuidado y precisión que hubo de los agentes sociales protectores de la democracia, que devalúan el golpe de estado, y lo acentúan con la lucha contra elnarcotráfico y el neo-colonialismo chavista del socialismo del siglo XXI.
Luego está el factor de temporalidad; una dictadura solo se evidencia así misma como tal, hasta que el tiempo se vuelve en su contra, y como consecuencia, han devaluado tanto el rol del ciudadano común, que no deja dudas de sus propias debilidades internas, y esto, solo sucede cuando el tejido económico y político externo, deja de acompañar dentro de esa nación a esa dictadura – entiéndase el apoyo económico y político de una o varias de las potencias mundiales, que en el caso de Egipto y Honduras es EEUU – retomando el punto de la temporalidad, la historia nos ha demostrado que, las dictaduras solo se debilitan con el pasar de los años; en el caso de Egipto han pasado ya 30 años, mientras que en Honduras apenas nos acercamos a los dos años, desde el golpe de estado en junio de 2009.
La proporción de la población opositora, establece una relación entre la fuerza y la masa; es decir; Honduras es un país con una población aproximada de 7, 400,000 habitantes, contra 82, 899,000 en Egipto; si pensamos que el nivel de simpatía a la resistencia popular hondureña - no al FNRP, eso es otra cosa – en el marco del golpe de estado, en la capital el 5 de julio de 2009, se aproximo de entre 400,000 a 500,000 habitantes; y en Egipto se calcula apenas arriba de un millón de personas – un numero que no es despreciable – que apenas duplica en número a la resistencia hondureña; sin embargo, la proporción opositora de la resistencia hondureña, relacionada al tamaño de la población de este país, es mayor a la proporción opositora del noble pueblo egipcio.
Los intereses del imperialismo estadounidense, a partir de la instalación de la dictadura en Egipto, no solo cambiaron, sino que para mantener su control, necesitan evidenciar que “un cambio de rumbo” de esa nación, es tan necesario, que ellos como imperio, están dispuestos en apoyar al pueblo opositor, por eso a pesar de los esfuerzos de Hosni Mubarak, por establecer un bloqueo de la oposición fuera de las fronteras; existe una red de informantes claves, que filtran detalles heroicos del pueblo, para salvar la democracia de ese país; ¿es distinto al apoyo que recibió la UCD en Honduras, a pesar que eran una minoría del país? Un pueblo que se congracia con la democracia, siempre será más mercadeable que un pueblo que cambia de ideología política. En conclusión con este punto, aunque el pueblo egipcio esta en total razón de romper las cadenas de Mubarak; el motivo por el cual avanza rápido en esa lucha, es porque el imperio abandono a Hosni y lo entrego a los leones – simplemente ya no lo necesitan –
Los puntos anteriores, NO desmeritan la valentía y la voluntad de los egipcios para cambiar su historia de 30 años de dictadura; pero hacen un llamado de atención, a reconocer las luchas y logros de un pueblo en su justa dimensión; el pueblo hondureño, ha puesto sus propios muertos y ha tenido su propia historia; está solo, porque para los intereses del imperio, Honduras no es un país valioso per se, sino solo por su ubicación geográfica, que le permite a EEUU, controlar la rebelión latinoamericana, su patio trasero, su burdel, una forma de burlarse del socialismo y oler de cerca el petróleo, la hoja de coca, y la amazonia sudamericanas.
Por Nelson Arambu
Miembro MDR
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