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A más de un año de la sanción del casamiento igualitario, la búsqueda de derechos por parte de la población de lesbianas, gays, bisexuales y trans inicia una nueva cruzada: la sanción de la llamada ley de identidad de género. Este jueves inició en Argentina el debate en el Congreso de la Nación de cuatro proyectos que comparten esta iniciativa: que las personas puedan cambiar su identidad según el género que reconocen como propio. Se espera que los legisladores se pongan de acuerdo en un texto unánime que pueda finalmente ser tratado y sancionado a fines de septiembre o principios de octubre en la Cámara de Diputados.
En el país se estima que 40 mil personas son trans, es decir, nacieron con un género, fueron inscriptos legalmente en concordancia, pero viven interiormente otro género. Unas 3.200 habitan el suelo santafesino. De esta población, ya hay 20 personas que pidieron, tanto a nivel administrativo como judicial, la posibilidad de ser anotados con los nombres con los cuales se sienten identificados.
Desde la Federación Argentina de lesbianas, gays, bisexuales y trans, su presidente, Esteban Paulón, explicó a Rosario3.com los alcances de esta ley, a la cual consideró como “necesaria para darle identidad a las personas trans”. "Hoy empiezan a debatirse en las comisiones de Legislación General y Justicia cuatro proyectos que son muy similares que reconocen la identidad de género y habilitan a la población a modificar sus nombres”, precisó. “Es un primer paso muy importante. Si conseguimos unificar un texto podríamos llegar a la media sanción antes de las elecciones”, adelantó con optimismo.
Las iniciativas son de Remo Carlotto, Diana Conti, Juliana Di Tullio, y Sandra Mendoza, del Frente para la Victoria. Otro proyecto está firmado por Vilma Ibarra y Martín Sabbatella de Nuevo Encuentro; hay un tercero de Cecilia Merchán y Victoria Donda y otra propuesta de Marcela Rodríguez, Fernanda Reyes y Fernanda Gil Lozano.
Paulón precisó que todas las alternativas plantean el cambio de nombre sin necesidad de operaciones de sexo, prescripciones o certificados médicos: “No es necesario ninguna justificación más que la propia voluntad”, sostuvo el dirigente rosarino quien recordó que la actriz Florencia Trinidad logró que la llamaran así, por vía judicial pero sin necesidad de someterse a ninguna cirugía. “De aprobarse la ley, las personas trans podrán ir al Registro Civil y solicitar el cambio de identidad. Se les dará un nuevo documento y una nueva partida en un plazo de tres meses y se retendrá su vieja documentación a modo preventivo, ante la necesidad de hacer algún trámite imprevisto”, detalló.
Consultado acerca de la cuestión del aspecto, es decir, la relación entre lo que una persona siente y lo que representa, manifestó: “En general la construcción del cuerpo va en sintonía. La persona que solicita un cambio de nombre es, en su mayoría, una persona que ha iniciado un proceso de construcción corporal, a excepción de los chicos menores de 18 años que, en caso de buscar una modificación de sus nombres, necesitarán el permiso de los padres”.
Finalmente, Paulón destacó: “El documento tiene gran peso en la vida de una persona tanto en el plano sanitario, educativo y laboral” y subrayó: “El DNI te identifica y te legitima. Cuando una persona no siente identificación lo elimina porque no es esa persona. No hay un refeljo jurídico y cada vez que le exigen presentar el documento es consciente de ello”. En consecuencia, “las personas se alejan de los centros de salud, de las escuelas, de la facultad porque en el fondo, para el Estado no son la persona que sentís que son”, añadió.
Tomado de: http://anodis.com
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