Alexander Kokorin (izq.) y Pavel Mamayev
Foto: http://www.spletnik.ru
El escándalo lo propiciaron Alexander Kokorin (21) y Pavel
Mamayev (24), jugadores de la Primera División rusa (Dynamo Moscow y CSKA
Moscow respectivamente). Aprovechando el receso, ambos se fueron unos días de
vacaciones a Miami (Estados Unidos), desde donde publicaron en las redes
sociales las fotos de sus quehaceres ociosos.
Las fotos provocaron polémica y cataratas de voces en un
país que, sobre el último año, empezó a promulgar leyes contra la “propaganda
de relaciones homosexuales” incluso rechazando el mandato del Comité de la ONU
sobre el asunto.
Hace muy poco, las autoridades de San Petersburgo se alzaron
contra Lady Gaga que, al terminar ahí su concierto pidió que se levantaran de
sus asientos los espectadores que apoyan el movimiento LGBT, después de agradecer al primer ministro (Dmitri
Medvédev) por mantener su show en el país: “Medvédev dijo que no se puede hacer
una ley que regule las relaciones entre las personas."
Vitali Milónov, diputado del partido oficialista (Rusia
Unida) y autor de la ley de San Petersburgo contra la 'propaganda homosexual',
inició el proceso de demanda a la cantante estadounidense por haber promovido
la homosexualidad y haber violado la ley durante su concierto.
Artistas y gente de la cultura, deportistas y otras
personalidades públicas rusas (entre las que se encuentra Viacheslav Malaféyev,
arquero del Zenit) se dirigieron a las autoridades de San Petersburgo para que
consideraran el cese del mandato de Milónov con un mensaje que acusa al
diputado de perjudicar la reputación de San Petersburgo y acentuar la imagen de
la ciudad en vez de como una capital cultural, como una "capital de
homofobia e intolerancia".
Alexander Kokorin y Pavel Mamayev, quienes, de confirmarse,
serian la primera pareja homosexual del fútbol ruso en manifestarse como tal,
no hicieron ninguna declaración sobre la polémica, sólo se limitaron a provocar
en silencio vía Internet.
Cabe señalar que en Rusia no está prohibida la
homosexualidad sino su “propaganda” y que cualquier persona tiene derecho a la
privacidad de su vida sexual, derecho adquirido y muy usufructuado (también)
por la comunidad gay.
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