Foto: http://maesba.blogspot.com
Durante el desfile del Orgullo Gay, celebrado en Junio de 2011 en Barcelona, una de las carrozas alegóricas mostró una escena aparentemente relacionada con la crucifixión de Jesucristo. Esto generó enorme impacto entre las más de 100,000 personas asistentes pero también muchas críticas de parte del fundamentalismo español.
Para el fanatismo religioso, especialmente el católico, la exposición pública de una cruz o de la crucifixión es un derecho reservado para las procesiones de semana santa, cargadas de sufrimiento, luto y dolor hipócritas.
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