La conmemoración del 4to. aniversario del golpe de estado contra Manuel Zelaya Rosales y el nacimiento del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), motivó al pueblo hondureño a salir nuevamente a las calles pero también obligó a las estructuras represoras del estado a ejercer el rol de guardias de seguridad de los templos religiosos.
Miembros del MDR, reconocidos por su transgresión, aprovecharon la oportunidad para tener una imagen con los dos de los mayores represores de los derechos humanos de la comunidad LGTB, la iglesia católica y los cuerpos armados.
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