El proyecto de ley supone la reforma de la Ley Mancino de
1993 e incluye la "homofobia o transfobia" entre las posibles causas
de actos de discriminación o violentos. Bajo esta ley, los jueces pueden
decidir aumentar hasta la mitad del doble las penas para delitos cometidos
"con fines de discriminación u odio basado en el origen étnico,
nacionalidad, raza o religión". Con la reforma que se debate actualmente,
se incluiría el odio basado en la orientación sexual y la identidad de género.
Se trata del cuarto intento de aprobar una ley contra la
discriminación a la población LGTB en Italia y ha sido impulsada por el
diputado abiertamente gay Ivan Scalfarotto. Las organizaciones LGTB denuncian, que tras su paso por la comisión de Justicia
de la Cámara de Diputados, la propuesta original ha quedado
"descafeinada".
Desaparecen las expresiones “orientación sexual” e
“identidad de género”, de las cuales se daba además una definición concreta a
efectos legales, para ser sustituidos por “homofobia” y “transfobia”, términos
de los cuales no se da ninguna definición.
“Italia se encuentra rezagada, en comparación con muchos de
sus vecinos, con respecto al reconocimiento de que la discriminación por
motivos de orientación sexual e identidad de sexo representa un agravio”,
observó Judith Sunderland, investigadora sénior para Europa occidental de Human
Rights Watch en la web de la organización.
En un comunicado, la asociación de abogados por los derechos
LGTB Rete Lenford muestra su preocupación por lo insuficiente de esta reforma
ya que "la inserción de las expresiones homofobia y transfobia en la [ley]
Mancino-Reale no garantiza que la ley pueda ser aplicada a la represión de los
delitos cometidos contra las personas homosexuales y transexuales. Las dos
palabras son usadas el lenguaje común, pero desde el punto del derecho pueden
resultar indeterminadas en ausencia de una definición precisa como objeto
penal”.
Sunderland, de Human Rights Watch, insiste en que “es
importante incrementar las penas para delitos motivados por el odio, ya que
esto transmitiría en forma inequívoca que tales delitos son absolutamente
inaceptables.
Los delitos que implican agresiones a personas por su orientación
sexual o identidad de género responden al odio en igual medida que aquellos
motivados por el color de su piel, y la legislación italiana debería reflejar
esta realidad”.
Tomado de: http://noticias.universogay.com
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