Foto: http://www.laautenticadefensa.net
La reciente celebración en Río de Janeiro de la Jornada
Mundial de la Juventud, el populoso evento que atrae a jóvenes católicos de
todo el mundo para escuchar al papa, tuvo un efecto colateral posiblemente no
buscado por los organizadores: una afluencia muy importante de visitantes a los
locales de ambiente gay de la ciudad.
El club Le Boy, en Copacabana (famoso por sus strippers y
que cuenta entre sus instalaciones con sauna) registró un 30% más de afluencia
que un día normal. “Tuvimos más de 200 clientes, récord para una noche
lluviosa”, declaró a la Folha de São Paulo un trabajador del local, en referencia
a la noche del martes 23 (primer día de la JMJ).
El éxito fue tal que otro club
de Copacabana, el TV Bar, que sólo abre de jueves a sábado, decidió abrir
excepcionalmente el miércoles y celebrar una fiesta temática bajo el sugerente
nombre de “Me Papa”.
El Galeria Café, en Ipanema, registró por su parte un 50%
más de público que la semana anterior. Según una de las propietarias hubo que
reforzar el aprovisionamiento de bebidas y contratar personal eventual de
refuerzo.
Datos que en cualquier caso no parecen extrañar mucho a Lula
Ramires, coordinador del colectivo LGTB Corsa. “Hay un contingente gay enorme
dentro de la comunidad católica. Debe entenderse que todos los fieles no son
necesariamente conservadores”, declaraba también a Folha de São Paulo.
Muchos activistas LGTB, conviene precisar, quisieron también
aprovechar la visita papal para manifestar su protesta por la actitud homófoba
de la iglesia católica. El lunes 22, coincidiendo con la llegada del papa
Bergoglio a Brasil, cientos de activistas se congregaron en el Largo do Machado
de Río para celebrar una besada de protesta.
Tomado de: http://www.dosmanzanas.com/
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