Juan Andrés Benítez
Este lunes han sido citados a declarar como imputados ocho de los Mossos d´Esquadra que se vieron implicados en la detención violenta que acabó con la vida de Juan Andrés Benítez, vecino del Raval y dueño de dos tiendas dirigidas al público gay en Barcelona.
Según recoge El Diario, los agentes han sido suspendidos de sus funciones, tal como la Generalitat se había comprometido a hacer en caso de que fuesen llamados a juicio.
Tras analizar el informe de la Policía Nacional, las declaraciones de una decena de testigos y los vídeos que se publicaron hace menos de quince días, la jueza estima que los agentes “no se limitaron a efectuar maniobras de reducción” sino que también le propinaron “golpes, puñetazos y patadas”, tal como se puede leer en el auto de imputación.
"Hemos escuchado [la juez y los ciudadanos, a partir de los vídeos] los estremecedores lamentos y gemidos, aparentemente agónicos" que profería Benítez, apunta la juez, "prosiguiendo las agresiones una vez cesaron los gritos", continúa el auto.
Además de los delitos contra la vida y la integridad física y moral del fallecido, los agentes se enfrentan a una posible condena por obstrucción a la justicia y coacciones.
Estos últimos responden a la denuncia de algunos vecinos que aseguran que los mossos les exigieron que eliminaran o entregaran las grabaciones de los hechos. La acusación de obstrucción a la justicia se debe a que hay indicios de que los agentes trataron de borrar o alterar algunas de las pruebas.
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