Yoweri Museveni
Nuevo giro a la situación del proyecto de ley que endurece
el trato penal a gays y lesbianas en Uganda. El presidente Yoweri Museveni se
ha mostrado dispuesto a sancionarlo con su firma, después de que un informe de
científicos locales “demostrara”, según ha afirmado, que la homosexualidad no
es innata.
Museveni defiende ahora la inexistencia de pruebas del carácter innato
de la homosexualidad y se muestra favorable a recrudecer la persecución
homófoba con dos medidas: firmar la ley aprobada en diciembre por el Parlamento
para que entre en vigor, y eliminar la posibilidad de libertad bajo fianza para
los detenidos por el delito de sodomía.
Según el comunicado de la oficina presidencial hecho público
el domingo, el mandatario se escuda para ello, y frente a posibles críticas
futuras por parte de “grupos externos”, en los expertos ugandeses consultados.
El documento que habría servido a Museveni a decantarse por
firmar la ley homófoba recoge siete conclusiones, muchas de las cuales están
basadas en prejuicios como que la homosexualidad “es un comportamiento anormal
que puede ser adquirido” o que requiere de “una regulación” para “proteger a
los más vulnerables”.
El director del diario ugandés The Observer, Richard Kavuma,
opina que en Museveni ha pesado más un cálculo de intereses que el criterio
“científico” de los expertos. El periodista califica de “curioso” que no se
tenga en cuenta la opinión de la comunidad científica internacional, expresada
en una carta enviada a Museveni el pasado 3 de febrero, documentada y firmada
por numerosos expertos en psicología y trabajadores sociales de Estados Unidos,
Canadá, Italia o Israel. El texto recoge el consenso actual sobre la
homosexualidad como una circunstancia natural y no patológica, la desliga de la
pedofilia y describe los daños que producen las “terapias” reparadoras.
Kavuma opina, por tanto, que el presidente firmará la ley
para contentar a sus compañeros de partido y a buena parte de la sociedad, que
se muestra favorable a ella. A su modo de ver, sin embargo, la norma podría ser
declarada inconstitucional si fuera recurrida ante los tribunales, debido al
carácter “mayormente progresista” de la ley fundamental ugandesa.
Con esta jugada, Museveni conservaría su popularidad y
trasladaría el asunto al terreno judicial. La ley, recordemos, establece penas
que oscilan entre los 14 años de prisión a la cadena perpetua para las personas
que mantengan relaciones homosexuales, prohíbe la “promoción de la
homosexualidad” (lo que hará imposible la existencia de organizaciones que
defiendan los derechos de las personas homosexuales) y castiga incluso a
aquellos que conociendo la existencia de una relación homosexual no la denuncien.
Tomado de: http://www.dosmanzanas.com/
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