“En Nasarawa la única forma de sobrevivir es o siendo
homosexual o vendiendo alcohol pero ambas cosas están prohibidas”, relata en
“Noticias de Almería” este hombre católico de 34 años que
sobrevivió en 2007 al ataque contra una iglesia en el que murieron sus padres y
por el que el gobierno les compensó entonces, con 150.000 nairas a él y otro
tanto a su hermano.
Finalmente, huyó de su país después de que atacaran su casa
un grupo de jóvenes islámicos con gases lacrimógenos y explosivos después
de enterarse de que tanto su hermano como él se acostaban con hombres para
sobrevivir.
El 10 de octubre cogió un barco en Seme y cuatro días más
tarde llegó a Tenerife, no se bajó del barco y siguió hasta a Almería porque le
dijeron que “allí si había negros”.
Después encontró a alguien que le recomendó acudir a Madrid para pedir
asilo.
La solicitud de protección es denegada porque “los hechos en
los que basa el interesado su solicitud, respecto de los hechos de 2007,
refiere que no fueron provocados ni autorizados por las autoridades del país y
estas le prestaron ayuda económica, permaneciendo después en el país durante cuatro
años sin tener problemas.
Y en cuanto a las prácticas homosexuales, según declara, las
llevó a cabo para ganar dinero pero no es esa su orientación sexual, motivo por
el que estos hechos tampoco pueden ser considerados como constitutivos de una
persecución personal y concreta en los términos previstos por la ley. A esto se
suma, continúa indicando el informe, que entre la llegada a Almería, en octubre
de 2011 y la solicitud de asilo, en Madrid, en enero de 2012 transcurrieron
tres meses”.
Lo curioso, por parte de un gobierno que ha negado también
el asilo a personas LGTB perseguidas, es que ahora se valga de eso para
argumentar que ”su orientación sexual no es la homosexualidad, por lo que no
puede considerarse tal circunstancia causa de persecución en los términos
previstos en la ley de asilo”.
Tomado de: http://www.ociogay.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario