La popularmente conocida como “Ley Zamudio” contra la discriminación fue aprobada en mayo de 2012 por el Congreso de Chile y promulgada por el anterior presidente, Sebastián Piñera, en julio de 2012.
El asesinato de Daniel Zamudio, el joven gay que murió en
marzo de 2012 en Santiago de Chile como consecuencia de otra brutal paliza
propinada por un grupo de neonazis, actuó como revulsivo para desatascar el
proyecto.
Ello no ha impedido que las agresiones homófobas se sigan
produciendo en Chile. De hecho, desde la muerte de Zamudio hemos tenido noticia
de varios asesinatos más en los que la homofobia ha jugado un papel destacado.
Y hace sólo unos días la sede del MOVILH aparecía cubierta
de pintadas homófobas apenas unas horas después de que miles de manifestantes
marcharan por las calles de Santiago de Chile reclamando igualdad para las
personas LGTB convocadas por el propio MOVILH con motivo del Día Internacional
contra la Homofobia y la Transfobia.
Un ataque que mereció la condena del gobierno chileno (el
ministro Álvaro Elizalde visitó la sede atacada para interesarse por lo
ocurrido) y tras el cual los activistas LGTB han insistido en la necesidad de
perfeccionar la Ley Zamudio y ahondar aún más en la persecución de los delitos
de odio.
Tomado de: http://www.dosmanzanas.com/
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