La homosexualidad y el islamismo constituyen un mundo
difícilmente tratable, dado el tabú que supone el primero en los preceptos del
segundo. Pero hay homosexuales en el mundo árabe. Voces calladas que reclaman
igualdad desde las sombras y la normalización
de su situación. “I am gay and muslin” (“Soy gay y mulsulmán”) es un
documental que abarca este espinoso asunto, y refleja el día a día de varios
hombres jóvenes homosexuales en Marruecos.
El camino no está siendo fácil para este largometraje de
producción holandesa-marroquí: ya ha sido vetado en el festival de cine de la
ciudad de Bishkek, en Kirguistán, y es posible que no sea el último. Estaba
programada para el pasado 28 de septiembre, pero la cinta nunca llegó a
emitirse por la censura impuesta desde la dirección del evento. Algunos
expertos religiosos del certamen habían puesto el grito en el cielo por la
emisión del film y su temática, llegando a tildarlo de “blasfemo”.
El documental apenas dura 59 minutos. Su director, Chris
Belloni, ha defendido su trabajo asegurando que no es “extremista ni
anti-Islam”. ”La película muestra la perspectiva de las personas homosexuales
que se aceptan como gays y musulmanes. Creo que es por eso que la película ha
sido tan popular allí donde se ha emitido”. “I am gay and muslim” tendrá una nueva
oportunidad la semana próxima en Beirut donde, si nada cambia, se emitirá sin
problemas. En España será proyectado en el Festival de Cine LGTB de
Barcelona.
En el documental de Belloni, los homosexuales retratados
relatan con resignación su experiencia inmersa en el secretismo y la ambigüedad
del mundo árabe. Muchos de ellos no han sido capaces de salir del armario,
aunque algunos sí se han atrevido a hacerlo a pesar de lo que pudiera ocurrir.
Belloni no pudo más que lamentar que en Kirguistán tuviesen tantos prejuicios
hacia la película. ”La gente estaba mal informada. Algunos venían sólo a
protestar. Había muy pocas personas que estaban realmente interesadas, pero
algunos chicos sólo vinieron a demostrar que no tenía ningún interés en ver la
película en absoluto”.
Otro participante lamentó lo ocurrido y lo interpretó como
un mal generalizado, debido a la mentalidad cerrada del país. “La mayoría de
los ciudadanos no están dispuestos a aceptar a los gays y a las lesbianas”,
aseguró. “Kirguistán no es tan abierto como mucha gente se cree”. Lo cierto es
que el país gozaba de una buena imagen fuera de sus fronteras frente a los
temas LGTB. Imagen que, después del festival de Bishkek, seguramente haya
descendido a los infiernos de la intolerancia.
Tomado de: http://www.ociogay.com
Tomado de: http://www.ociogay.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario