Por Edgar Soriano Ortiz
Ahora que el debate en el FNRP se vuelve una necesidad básica debemos analizar una serie de tópicos que emanen de la raíz del problema que recae en toda la humanidad. Me refiero a la lógica del sistema capitalista, que por siglos ha generado una profunda consecuencia de desigualdad socio-cultural. Las resistencia del mundo están irremediablemente enfrentadas a las contradicciones de sus propias luchas, por ello es importante trazar caminos de puntos de convergencia para enfrentar la la embestida del poderío oscuro del neoliberalismo.
Las resistencias socio-culturales se ha generado en todas las sociedades del planeta, debido a que los gobiernos en los distintos momentos y espacios han sido autoritarios, y lo siguen siendo bajo la globalización del capitalismo. El sistema capitalista en sus diferentes momentos históricos ha profundizado la desigualdad social e incrementado la contaminación ambiental del planeta tierra. Los teóricos de las universidades de los principales países capitalistas han lanzados sus argumentos y se han puesto en práctica modelos como el llamado “neoliberalismo”, donde la especulación financiera ha llevado al descalabro a varias economías y la defensa de ello es ahora producto del sudor y sangre de millones en el mundo, mientras la impunidad de los magnates en los centro financieros… simplemente siguen gozando de cuantiosas riquezas.
Es por ello que la resistencia en el mundo avanza y se vuelve cada vez más necesaria para garantizar la sobrevivencia de la humanidad. Esa resistencia debe luchar sin tregua para lograr detener los abusos transnacionales y locales; y no se podrá si se hace bajo la perspectiva de movimientos mediatizados y financiados por las mismas transnacionales, tal es el caso de los “movimientos verdes” o teorías de “terceras vías”, como la de Blair. La lucha debe ser contra la lógica del sistema y no simplemente contra sus efectos y abusos, y por otra parte globalizar las resistencias, como lo apunta el académico belga, Francois Houtart (El camino a la utopía desde un mundo de incertidumbre, Editorial Ruth, La Habana 2008).
La historia ha demostrado que el liberalismo sucumbió y comenzó su incapacidad de argumentar, principalmente después de 1848, ante los planteamientos socialistas. La burguesía siempre ha buscado mediatizar procesos sociales para evitar que los pueblo se emancipen, y siempre han luchado por engañar con cinismo, mientras apoyan regímenes autoritarios y genocidas. En América Latina, tanto los liberales como los conservadores (de origen decimonónico) han mantenido políticas entreguistas a favor del imperialismo estadounidense, con el pobre argumento de su odio visceral contra lo que llaman “el peligro del comunismo”.
La lógica del sistema avanza sin detenerse sobre todos los pueblos del mundo, a tal grado que mientras pocas personas viven en la opulencia, desde mansiones y jet privados hasta cuantiosas cuentas en suiza o el Caribe, millones de hombres son explotados, niños son esclavizados, mujeres son comerciadas como simples objetos de consumo y la violencia se generaliza en medio de la corrupción y manipulación mediática. La única forma de poder luchar contra la brutalidad sistémica -que día a día mata con armas o de hambre a miles en el orbe- es unificar los esfuerzos de resistencia, creando una gran RESISTENCIA GLOBAL capaz de movilizarse en defensa de todos los seres humanos sin importar fronteras o diferencias socio-culturales.
En Honduras ha nacido una Resistencia, como nunca antes en la historia del país, que está integrada por una gran pluralidad de sectores sociales y políticos frente a la imposición de de dos partidos tradicionales, desgastados y manipulados por los poderes facticos y transnacionales. La Resistencia hondureña ha tenido que soportar la brutal represión de los regímenes de facto Michelitti-Lobo. El reto del Frente de Resistencia es luchar contra la lógica del sistema y lograr integrarse a la globalización de las resistencias que entablan duras batallas por la supervivencia cultural y de la vida en general. Pues se debe entender que el sacrificio generacional tiene que tener como objetivo el aprecio sin condiciones a la madre tierra, buscando una utilización sostenible de los recursos naturales y su distribución colectiva en igualdad de condiciones.
La resistencia hondureña esta en el camino de forjar la esperanza no solo de este pueblo, sino de todo el mundo que resiste la embestida del neoliberalismo. Sin las argucias del partidismo tradicional se puede trazar un camino hacia mejores generaciones. La razón de la colectividad debe estar sobre la ambición politiquera y, sólo así, podremos integrarnos a estas batallas del siglo XXI por la sobrevivencia de la humanidad.
El FNRP debe trabajar para forjar una unidad popular y no caer en simplezas de los ahora llaman “la toma del poder”, se debe profundizar desde la cultura histórica de nuestro pueblo y se debe capitalizar las demandas y capacidades de construir “Poder Popular”, sin reducir el “Poder Popular” a la incipiente manera de controlar el gobierno. Hay que entender que el poder es mucho más que el gobierno.
No se trata de atacar cualquier cosa que se relacione con gobierno, sino que no lo debemos reproducir los vicios del partidismo electorero, ante ello debemos romper con “las ficciones de la propaganda electoral democrática burguesa”, como lo señala Habermas; y construir una verdadera plataforma de lucha popular que sea capaz de aglutinar a diversos sectores, pensando en toda esa Honduras que demanda cambios y deseos de vivir mejor. No debemos por ningún motivo caer en trampas de individuos o individuas que pretendan imponerse en nombre de la gente.
No se trata de atacar cualquier cosa que se relacione con gobierno, sino que no lo debemos reproducir los vicios del partidismo electorero, ante ello debemos romper con “las ficciones de la propaganda electoral democrática burguesa”, como lo señala Habermas; y construir una verdadera plataforma de lucha popular que sea capaz de aglutinar a diversos sectores, pensando en toda esa Honduras que demanda cambios y deseos de vivir mejor. No debemos por ningún motivo caer en trampas de individuos o individuas que pretendan imponerse en nombre de la gente.
Bueno allí le dejo, sigamos construyendo el camino con firmeza y no permitamos bruscos tropiezos por la impaciencia en insensatez
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