Por Divina Alvarenga
Crear es resistir….. Resistir es crear
Stéphane Hessel
Nuestra insurrección es ética y por lo tanto no violenta, somos las/os que gritamos “ni golpes de estado, ni golpes a las mujeres”, buscamos terminar con cualquier forma de violencia, exclusión y discriminación, somos abanderada/os de las luchas por la construcción de una sociedad equitativa, igualitaria y justa sin violencia hacia las mujeres, domestica, política, social y cultural.
Los insurrectos/as nos indignamos ante el golpe de estado del 28 de junio del 2009, somos el pueblo, los /as primeras a salir a las calles y tomarnos las plazas en nuestros propios municipios, fuimos los primeros en ser reprimidos/as, golpeados/as y enfrentar el asesinato político de nuestras familias, la mayoría no nos fuimos del país a pesar del peligro que significaba quedarse, algunas/os hasta nos venimos de otros países en donde vivíamos para enfrentar a la dictadura y dejar escuchar nuestras voces de protestas, otro/as renunciamos a nuestros trabajos porque no queríamos legitimar un gobierno golpista.
Los/as no tan jóvenes, estábamos indignados/as desde la adolescencia en la década de los ochentas, luchando en todas las trincheras posible, éramos y somos insurrectos, aquellas/os que creemos que la patria se construye, ladrillo por ladrillo, pero nunca por esas componendas políticas en donde se seden o se entregan los principios éticos, morales y culturales establecidos en los Derechos Humanos de la Primera, segunda y tercera generación.
Algunos/as nos llaman congelados, porque estamos permanentemente indignados/as, quieren que cerremos los ojos ante “el huracán destructor del consumismo voraz y de la distracción mediática” mientras existen millones de vida de pobres y gente que muere de hambre, niños y niñas limpian los parabrisas de los carros y no tienen un bocado que llevarse a la boca.
El pueblo Hondureño con su comportamiento electoral, ha estado permanentemente en la insurrección, los datos de los/as golpista registran que el 51% de los/as hondureños/as no votaron en las elecciones del 2009, estas cifras puede ser superiores; pero al compararlas con el abstencionismo 33 por ciento en 2001, el 44 por ciento en el 2005[1] y el 51% en el 2009, se observa a un pueblo en insurrección permanente contra la clase política Hondureña.
La refundación de Honduras, no es solamente tener una constituyente y redactar una nueva constitución, sino es más bien, el espíritu del órgano y el contenido de la nueva carta magna del país. Hay una serie de intereses contrapuestos, de acuerdo a los actores, por ejemplo Miguel Facussé le quiere heredar a sus nietos/as e hijos/as la posibilidad de seguir acrecentando sus ganancias y su fortuna a través de leyes que le favorezca, yo por mi parte lo que quiero es entregarles a mis nuevas generaciones una patria en donde todos/as disfrutemos de un nivel de vida que nos permita ser dignos y cuidando el medio ambiente, practicando nuestra cultura, heredarles un país ecológico, cultural y socialmente preservado, para que sus recursos sean disfrutados por todos y todas.
Entonces la clase empresarial y política dominante de Honduras quieren una refundación del país, que para ellos consiste, en profundizar el neoliberalismo, que el golpe de estado y su continuidad les ha permitido hacerlo hasta el día de hoy, vía reformas constitucionales y decretos legislativos (ley de flexibilización del trabajo, ley de ciudades modelos, privatización de las fuentes de agua y los caudales de los ríos, ley de modernización agrícola, y otras).
Nosotros el pueblo queremos refundar Honduras, pero desde la perspectiva de nuestras culturas, identidades e historia de resistencia, buscamos cambiar el sistema, aunque algunos/as que están en el FNRP solamente quieren cambiar el “modelo” neoliberal y por ello nos acompañamos.
Refundar es reconocer y reconocernos como un crisol de culturas, de gustos y sabores, de preferencias sexuales y de identidades, en donde la sociedad en su conjunto sea responsable con las nuevas generaciones y el medio ambiente, que no existan los extremos de riqueza y pobreza, que se termine con el patriarcado, que se construya un nuevo liderazgo ético, y que los recursos nacionales estén para darle mejor calidad de vida a los/as hondureños. En esencia reconocer que somos diversos pero que constituimos toda una nación incluyente y justa.
Una característica específica del proceso Hondureño, es el papel que ha jugado el FNRP, como organización política y social, un rol protagónico lo han llevado las organizaciones sociales y que deben estar presente como actoras fundamentales en el proyecto refundacional originaria y popular de Honduras. Por ello si el FNRP se enmarca en un proceso electoral ya sea convirtiéndose en un partido político o como forma de comparsa en un frente amplio, este sentido social se perdería o en el menor de los casos se ubicaría en un segundo plano y muchas organizaciones se mirarían en la obligación de retirarse por mandato de sus bases.
El MAS como partido en Bolivia, contó con el apoyo de los movimientos sociales pero no adheridos al partido, por ejemplo la organización de Cocaleros de Bolivia a la que Evo dirigió, en donde el 99.9%[2] apoyaba a EVO, este no se lo dio como organización sino como individuos. Par ilustrarlo en el contexto del FNRP, el STIBY como sindicato, no podría apoyar a un partido político o un frente amplio electoral porque perdería su esencia y creo que si en un caso lo quisiera hacer, la dirigencia debería llamar a una consulta o votación directa de sus trabajadores afiliados para hacerlos. En este sentido, la experiencia Boliviana y otras de América Latina, facilita el abordaje y a partir de esas enseñanzas y de la historia de lucha en Honduras, se plantea que la refundación del país requerirá de todas las forma de lucha, no y solamente la electorera, y así junto con otras la insurreccional que también incluye insurrección electoral, cultural, financiera, económica y social, entre otras[3].
¿Pero que es la insurrección pacífica?, esta la han planteado muchos escritores entre los más destacados están: Rosa Luxemburgo, Sastre, Saramago, Galeano, Sábato y Stéphane Hessel, este último con su libro ¡Indignaos!, que ha sido el orientador de los movimientos de los indignados en Europa y último ser viviente que redactó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Los/as que ante las medidas neoliberales y de servicios al gran capital, en desmedro de los intereses nacionales, implementados por los partidos socialistas, socialdemócratas y conservadores, han llevado a la juventud a la insurrección pacífica.
Al revisar la bibliografía, solamente los escritores de derecha relacionan la insurrección con la vía armada, Marx decía que “la insurrección es un arte, que hay que tratarla como tal arte, que es necesario conquistar un primer triunfo y seguir luego avanzando de triunfo en triunfo, sin interrumpir la ofensiva contra el enemigo, aprovechándose de su confusión”[4].
Es así que la insurrección se basa también en los postulados de Simón Rodríguez “inventamos o morimos”, y pedimos a nuestros/as hermanos/as que han entendido equivocadamente la estrategia insurreccional como un intento desesperado por destruirlo todo, que los lleva a decir que solamente hay dos vía la electoral y la armada para la construcción de la democracia real. Pero todos sabemos que la refundación de Honduras pasa por una variedad de formas lucha y de construcción social que en esencia es la insurrección, alimentada de la indignación colectiva, como lo han demostrado otros procesos históricos de cambio de sistema, de varios países del mundo.
También hay expresiones de la ultra derecha nacional que el espacio refundacional del FNRP, lo integramos un grupo de resistentes que en su intento fallido, irracional hemos ideado una “vil venganza, que en el afán de alcanzar su objetivo utópico y sin poder acceder al poder, se las ingenian para atentar contra las Instituciones y los dignos representantes de la democracia”.
Para concluir la comunidad es la unidad elemental y la insurrección pacifica va ser una multiplicación de barrios y comunidades, su conexión y su articulación, de todo/as que actuarán “contra los medios de comunicación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el de consumo de masas, el desprecio hacia los débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición a ultranza generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos… A aquellos que harán del siglo XXI, les decimos, con nuestro afecto: Crear es resistir… Resistir es crear”[5].
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