domingo, 6 de enero de 2013

Prostituto gay chileno critica hipocresía del movimiento LGTB


Josecarlo Henríquez
Foto: http://www.elciudadano.cl/

No todo son voces uniformes en la lucha LGTB, no son pocos los que consideran que la aprobación del matrimonio igualitario no solo no es el final de la lucha, sino que es el principio de la claudicación de la teoría “queer”, que no sólo defendía una sexualidad que no fuera la heterosexualidad dominante, sino además una forma de vida que subvirtiera el orden establecido, para empezar, el matrimonio monógamo.

Alguno de estos reproches y otros más destacan en la carta que acaba de publicar Josecarlo Henríquez  en el portal chileno “El ciudadano”, que se define como “puto homosexual”.

“Los homosexuales poco y nada han hecho para denunciarlo y el presidente del Movilh -la principal plataforma LGTB de Chile-sólo patalea y censura cuando se pilla de frente con esa labor que tanto ha pagado durante mucho tiempo, pero en privado. La prostitución para el movimiento homosexual no es más que algo íntimo, muy privado ojalá, sin razones para ser politizado ni mantiene ninguna relación con el discurso “gay” que se expande de la mano del Poder.

Cuando es pública tal cobranza –más aun cuando es pública y contestataria- el discurso “gay” o victimiza o acalla y trata de mantener la limpieza y romanticismo de un imaginario lleno de matrimonios entre gente que sigue pensando –al igual que la heterosexualidad muchos siglos lo ha creído de ellos- que la prostitución, como una vez me dijo un activista “gay”, “sólo denigra y ensucia la bandera que tanto nos ha costado mantener en alto”.

Ellos han luchado por la inclusión a un mundo que sólo los quiere sentimentales y consumistas. Han logrado entrar a esa fiesta nacional donde todos aman románticamente y nadie cobra por un orgasmoEntonces, las personas que hemos querido prostituirnos no somos más que una amenaza para su estabilidad tan bien planchada con el peso de las autoridades”.

Para Rolando Jiménez y Pablo Simonetti -líderes del movimiento LGTB chileno- no somos putos, somos “escort”; somos víctimas que sólo necesitan una regulación de parte del Estado y el mercado y muchos condones en nuestros bolsillos. 

Para su debilucho y lamebotas movimiento homosexual no somos más que una amenaza que debe ser identificada por el Poder para mantenernos en “nuestro lugar” y ojalá muy lejos de ese reino homosexual lleno de panfletos pro-familia y mercantilistas.

Para el ideal “gay” somos la antítesis del “gay” romántico, respetuoso y profesional, con proyectos familiares y empresariales, muy orgulloso de su bandera multicolor, siempre limpiando con desinfectante antes de poner su culito “satisfacho”. Somos el punto negro en ese rostro blanqueado a puro polvo cosmético que amenaza con estallar y mancharles de grasa y sangre tanto esfuerzo bien acogido por el sistema.

Para Rolando Jiménez y Pablo Simonetti no somos más que el goce privado de sus hipócritas ganas. Deben mantenernos fuera de su fiesta, sino pierden la gran torta que les ha regalado el Poder”.

Tomado de: http://www.ociogay.com/

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