Carmen Muñoz no hace alarde de su preferencia sexual y, según recoge el diario El País, ni siquiera había sido activista de los derechos de la comunidad LGTB, pero la situación política y su compromiso personal no le dejaron otra opción.
Desde su posición en el partido, primero como legisladora y luego como portavoz, Muñoz ha asumido como propia la causa de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Hace dos meses, en una entrevista a un diario costarricense, afirmó ser “una mujer que ama a otra mujer” pero rechazó atribuir únicamente a esta condición su compromiso con la consecución del matrimonio igualitario.
“Insisto, no asumo la lucha sólo por mi orientación sexual. (…) No es automático. Yo también he asumido el tema de los indígenas y no lo soy, o el de los inmigrantes sin ser nica[ragüense].”
Actualmente existen cinco proyectos legislativos que buscan garantizar a las parejas del mismo sexo que quieran ver reconocida oficialmente su unión los mismos derechos que a las relaciones heterosexuales.
La situación social y política de Costa Rica, al igual que la del resto de países de Centroamérica, no parece la más favorable a su consecución: por un lado, el Estado recoge en su Constitución la confesionalidad católica y, por otro, las expresiones cristianas evangélicas, que se oponen con mayor dureza al matrimonio homosexual, toman cada vez más fuerza.
Uno de los dos únicos representantes en la cámara que pertenece a un partido religioso es el diputado y pastor evangélico Justo Orozco. En mayo de este año solicitó oficialmente que Muñoz fuese excluida de la Comisión Legislativa de Derechos Humanos, encargada de analizar la posibilidad de legalizar las uniones homosexuales, por su condición de lesbiana, lo que generó gran polémica y rechazo por parte de buena parte de todo el espectro político del país.
Muñoz es, hasta el momento, la única costarricense abiertamente lesbiana que ha ejercido un cargo parlamentario.
Tomado de: http://noticias.universogay.com
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