El primer punto en la agenda de las lesbianas cubanas para
este año, es construir un liderazgo que les permita lograr avances en el
reconocimiento y respeto de sus derechos sexuales y ciudadanos. Se trata de un
cambio personal y colectivo, mayor visibilidad.
"Yo creo que el liderazgo en la mujer lesbiana estuvo,
años atrás, un poco muerto. La lesbiana se aísla socialmente por temor a los
comentarios y los prejuicios, prefiere pasar inadvertida. Esa es una
característica nuestra y no lo podemos negar", explicó Idalia Rivero
Alarcón, de la organización Venus.
Idalia Rivero cree que es necesario rescatar los valores de
las mujeres lesbianas como líderes capaces de luchar contra la discriminación,
pero el camino hacia el protagonismo no es nada fácil. Indican que primero se
debe derribar prejuicios relacionados con la feminidad, ganar conocimiento y
aceptación social.
Es por ello que entre el 9 y 13 de diciembre, se llevó a
cabo en La Habana el "Taller de salud sexual y liderazgo femenino",
en el que activistas lesbianas reflexionaron sobre las principales características
que debe tener una líder. Y es que las mismas activistas lesbianas reconocen
que aún no explotan todo su potencial como líderes de la Comunidad LGBT.
"Muchas son graduadas universitarias o de nivel técnico
y, definitivamente, la mayoría se gradúa de doce grado. En este sentido existe
una gran potencialidad porque logran un mejor posicionamiento dentro de la
sociedad, lo que no quiere decir que no sufran acoso laboral y escolar, lo
sufren", advierte Teresa Fernández, coordinadora de la Red Oremi.
No obstante, las lesbianas siguen concentrándose es la
realización personal y no apuestan por las agendas y proyectos colectivos, es
uno de los mayores problemas a enfrentar como líderes LGBT. En específico, para
las lesbianas cubanas es necesario unirse y pensar en "saber qué decir,
cuándo decirlo y cómo decirlo".
En Cuba, casi como en cualquier otro lugar del mundo, la
lucha por los derechos de la Comunidad LGBT está liderada por hombres, lo que
deriva que las necesidades de los colectivos de lesbianas o transexuales sean
muy poco conocidas. Las activistas lesbianas deben reconocer su necesidad de
visibilidad y además darse cuenta de su enorme potencial de liderazgo.
"Esta situación es también responsabilidad de las
mujeres lesbianas. Si al menos la invisibilidad fuera porque no tenemos
capacidad, pero ¿tú sabes la cantidad de máster, profesionales y doctoras con
las que podríamos contar, mujeres que pueden reclamar espacios?",
reflexiona Teresa Fernández y agrega: "Si
tu no me das el espacio, yo me lo tomo; si hay un vacío, yo lo relleno; si tu
no quieres hablar, yo lo digo; si no lo quieres escribir, yo lo escribo".
Tomado de: http://www.sdpnoticias.com
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