La historia de Honduras ha estado marcada por el saqueo de unos pocos criollos-latifundistas, y posterior a la independencia de los nuevos ricos nacidos de enmedio de revueltas y apertura a mercados, mientras la mayoría del pueblo evolucionó en un resistente cimarronaje. Durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX los pobladores fueron arrastrados a la euforia de odio y sangre en las sectarias disputas de los caudillos.
Fue el régimen de Carías Andino el que aplacó los levantamiento armados de los caudillos locales y regionales, dando paso a una nueva era, que terminaría obedeciendo al contexto post Segunda Guerra Mundial. Así pasaría el discurso del "pacifismo" impuesto por las armas, argumento para luchar contra la exigencia de los obreros y campesinos por vivir en una Honduras de dignidad.
Bueno, hay mucho por hablar sobre este periodo, pero la última mitad del siglo XX es tan vital para entender nuestra contemporánea historia, pues cuantos mitos y abusos en nombre de la "democracia y el desarrollo económico" se han realizado en Honduras. Militares fundando y dirigiendo el Ministerio de Cultura, impulsando reformas agrarias (que serviría finalmente para destruir el movimiento obrero mejor organizado de Centro América) y pactando para convocar la constituyente de 1981 para afianzar la alternancia bipartidista en evidente beneficio de los grupos económicos (surgidos como élite financiera que desplazaría rotundamente el antiguo poder latifundista, pasándolo a su subordinación).
Por otro lado la lógica neoliberal se encargó de darle legitimidad mediática e institucional al saqueo y al enorme crecimiento de la pobreza; en este punto aparecen las ONGs, financiadas por los grandes países capitalistas, han mediatizado con sus conceptos y pequeñas ayudas. Participación ciudadana, paz, democracia, seguridad ciudadana, incidencia política, son sólo algunos de los conceptos que han servido para decirle a la hambrienta población de que debemos "trabajar para el futuro" y la tradicional esperanza de esperar cada cuatro años para elegir presidentes impuestos por los poderes fácticos.
Esa es parte de esa historia de desigualdad, que nunca podrá ser ocultada por consultores o escritores al servicio de la derecha, pero desde el 2009 tras el Golpe de Estado se ha generado una sacudida nunca antes vista en la historia del país. De asamblea en asamblea los resistentes fueron trabajando ante las trabas del poder burgués y de las mismas contradicciones internas hasta llegar a la histórica asamblea del 26-27. El 10 y 11 de julio de 2010 se instaló la Asamblea provisional de 56 delegados y delegadas (aunque no era incluyente fue un éxito por evitar un asalto de los sectores más reaccionarios de autodenominados líderes del Partido Liberal) y se conformó un conducción provisional y una comisión política provisional, quienes enfrentaron las dificultades, los errores y el divisionismo, que han asechado en todo momento, pero ha prevalecido la unidad y el trabajo preparatorio para instalar la gran Asamblea.
La unidad fue el gran éxito de la asamblea del fin de semana pasado, pese a que la oligarquía y los oportunistas despotricaban contra estos días históricos, y finalmente la decisión de auto-convocarnos a la asamblea nacional constituyente, a la que todos y todas tenemos que trabajar por construirla. Estamos en insurrección y no queremos jugar en la cancha de la oligarquía, así que respetemos y trabajemos transparentemente sin sectarismo y de manera incluyente en este proceso para que logremos crear las condiciones de lucha en todo frente posible. Hay que estar claros que las condiciones tenemos que construirlas y no esperar al régimen que las generé, pues eso es ingenuidad.
Honduras esta en proceso de cambio, hay que apostarle a la consolidación de la base popular para construir el PODER POPULAR, que es la lucha por la autodeterminación de las comunidades en defensa de la vida...
RESISTIMOS Y VENCEREMOS
Edgar Soriano
Equipo Coordinador AenR
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