sábado, 27 de agosto de 2011

El ejemplo de Camila


Camila Vallejo
Foto: http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com/

Chile ha visto estas últimas semanas las marchas de protesta más multitudinarias desde hace 20 años. Ha sido muy dura la represión de los uniformados en las 24 horas de huelga general convocada por la Unidad Central de los trabajadores, clamando por el “otro Chile”, pero ha sido hermoso el apoyo a la causa del movimiento estudiantil dirigido por Camila Vallejo, movilizado durante meses para lograr una “educación” gratuita y de calidad.

Sólo al final de las manifestaciones, cuando la multitud marchaba a sus hogares, se han producido graves incidentes entre las personas y policías encapuchados que golpeaban sin piedad a mujeres, hombres, adolescentes o ancianos, provocando cientos de heridos y  de arrestos.

Decenas de miles de estudiantes y trabajadores han mostrado al lado del otro de forma totalmente pacífica, procesiones cuatro colores con banderas y pancartas, para exigir un cambio radical y profundo en el país, una “primavera” en Chile, un cambio de la Constitución, impuesta por el régimen de Augusto Pinochet. Pero no habrá condena de la ONU contra Piñera, ni ayuda de la OTAN para derribar el régimen neofascista chileno.

Y por primera vez se le ve salir a las calles también numerosos representantes de los partidos de oposición, mientras que el gobierno, cada vez más acuciado por el fuego cruzado de las protestas del movimiento estudiantil y la unidad central de los empleados, está viviendo su momento más grande de impopularidad.

SU DISCURSO TIENE LA RADICALIDAD QUE EXIGEN ESTOS TIEMPOS ASESINOS
Entre los miles de estudiantes, una figura y una voz se alzaba entre todas: la de Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, la segunda mujer en la historia del movimiento para ocupar dicho puesto. Una joven estudiante de 23 años, que  a partir de una tímida militante de la Juventud Comunista se ha convertido en la nueva cara de la protesta social en el país.

De adolescente tímida, Camila se ha erigido en la intérprete y portavoz del descontento social, que se inflama en plazas, calles y paseos, reclamando reformas a la educación,  igualdad de oportunidades para los jóvenes del país, nuevas medidas para los trabajadores y cambios estructurales en esa democracia, que como la española, carece de los elementos más necesarios para definirla como tal. Bravo, Camila.

Tomado:http://tenacarlos.wordpress.com/

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