Suzanne Moore (Izq.) y Julie Burchill
Lo que comenzó como una referencia desafortunada a las
“transexuales brasileñas”, se ha convertido en una auténtica polémica de tintes
claramente transfóbicos en el seno del periodismo británico. En el centro de la
controversia, dos periodistas, Suzanne Moore y Julie Burchill, enfrentadas
desde un feminismo mal entendido con la comunidad transgénero.
Todo comenzó cuando la periodista Suzanne Moore publicó una
columna en el New Statesman, en la que se quejaba de las desorbitadas
exigencias que pesan sobre las mujeres, de las que según ella se espera que
luzcan el cuerpo perfecto de una “transexual brasileña”.
Ante las críticas recibidas (en no poca medida debido al
alto grado de violencia de que es objeto precisamente el colectivo transexual
de Brasil), la controvertida periodista Julie Burchill decidió publicar un
artículo en The Observer en defensa de su amiga, titulado “Los transexuales
deberían parar de una vez”.
Pero Moore no habría podido pedir peor ayuda, ya que si bien
podía existir alguna duda razonable sobre sus intenciones detrás del comentario
inicial, la pieza de Burchill era un cúmulo de barbaridades tránsfobas,
describiendo al colectivo trans como “un puñado de mojacamas con malas pelucas”
y “dicks in chicks’ clothing” (“dicks con ropa de mujer”, un juego de palabras
en inglés donde “dicks” puede significar tanto “penes” como “idiotas”).
Los insultos transfóbicos de Burchill escandalizaron
obviamente a la comunidad trans, pero también fueron duramente criticados desde
distintos ámbitos del periodismo, la política y el activismo feminista
entendido de otra forma.
Lynne Featherstone, ministra del gobierno británico
anteriormente en la cartera de Igualdad, describió el artículo como “vómito
retrógrado” y pidió el despido tanto de Burchill como del editor del periódico.
Y la Dra. Brooke Magnanti -que saltó a la fama al revelar su identidad como la
prostituta y bloguera Belle de Jour- publicó una pieza en The Telegraph
aconsejando a Moore y Burchill que dejasen de “patrullar las fronteras de lo
que significa ser mujer”. Ante el escándalo,
The Observer se vio obligado a retirar el artículo (sustituyéndolo por una
disculpa), que no obstante encontró un nuevo hogar en el mismo Telegraph.
El último capítulo -por ahora- de esta polémica lo ha
escrito la que lo inició, Suzanne Moore, que ha declarado que quizá deba una
disculpa más clara al colectivo transexual. No obstante, Moore también dice
esperar disculpas por su parte por toda la “ira” descargada sobre ella, y
mantiene que “hay gente que murió por su derecho a ofender”.
Tomado de: http://anodis.com/
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